viernes, 7 de noviembre de 2008

EL KARATE COMO DEPORTE

Karate Deportivo
El deporte es para algunos años y se acaba,el arte se desarrolla indefinidamente.
KASE Taiji
El Karate-do no es un deporte, es un Arte Marcial. Sin embargo, tiene una faceta deportiva que está muy potenciada en la actualidad.
La primera competición de Karate fue en 1957, organizada por la Asociación Japonesa de Karate (JKA). Maestros como Kanazawa, Mikami, Asai, Enoeda o Shirai eran en aquellos tiempos jóvenes karatekas y fueron los primeros competidores de la historia. Sin embargo, la competición era sólo un nuevo sistema que permitía probarse, no era un fin en sí misma.
Una de las primeras competicionesASAI Tetsuhiko, ENOEDA Keinosuke, KANZAWA Hirokazu.
Hoy en día existe una gran controversia al respecto de la competición. Muchos Maestros opinan que actualmente es una parte más del Karate y que no tiene por qué ser perjudicial para el Arte Marcial si se tienen las ideas claras. Otros, en cambio, piensan que la filosofía de la competición es totalmente opuesta a la de las Artes Marciales, y que ambas cosas son totalmente incompatibles.
Lo cierto es que la competición conlleva una serie de planteamientos y objetivos que en la mayoría de las ocasiones son diametralmente opuestos a aquellos del Karate-do tradicional. Aparecen conceptos como "mejor/peor" y "ganar/perder". Las Artes Marciales son un camino hacia uno mismo, hacia la propia superación, compararse con otros no sirve ningún propósito. "Mejor o peor que otros", todo depende de con quién nos comparemos, es algo absolutamente relativo. Ni siquiera el Campeón del Mundo puede considerarse "El Mejor", sólo es el que ha ganado de los que han participado en ese momento en su categoría. Si se repitiera la competición al día siguiente, siendo él igual de bueno, pero con otros árbitros y otras circunstancias, el resultado podría ser totalmente distinto.
El Karate se puede practicar como simple ejercicio físico, para aprender un método de defensa personal, o como Budo, intentando que su práctica nos sirva para el desarrollo tanto físico como mental y que sus principios sean nuestra referencia en todos los ámbitos de la vida. El fin de la competición, en cambio, es en última instancia ganar, y esta idea acaba siendo la que lo rige todo. Se puede hacer Karate-do y competir, pero esto no es común. Lo normal suele ser que aquel que compite deje de ser karateka para convertirse en un competidor, únicamente dedicado a tal fin.
La competición requiere una especialización máxima, incluso dentro de la propia competición. Hay dos modalidades, kata y kumite, y aquellos que se dedican a una de ellas son totalmente ajenos a la otra. La idea tradicional es que todas las áreas del Karate son imprescindibles e inseparables, y uno debería entrenarse en todas ellas con la misma dedicación.
Respecto a la competición de kata, antiguamente había una máxima: "hito kata sannen" (un kata tres años). Aunque esto es prácticamente imposible de cumplir al pie de la letra hoy en día, la idea de que cada elemento debe ser practicado con el máximo detalle hasta dominarlo es fundamental en Artes Marciales. No se deberían saltar escalones y pasar a algo más difícil cuando no se tiene el suficiente dominio de lo anterior.
Esto no es factible en la competición de kata, donde para estar en igualdad de condiciones y obtener los máximos resultados, todo el mundo se aferra a los ejercicios más superiores. Es cierto que se mira al máximo el detalle, pero únicamente el que concierne a la estética, que acaba siendo lo más importante. El kata se convierte en una representación teatral, una coreografía donde prima más la presentación que el sentido real de las técnicas.
El kata bonito no siempre es correcto,pero el kata correcto siempre es bonito
KANAZAWA Hirokazu
En la competición de kumite (WKF) la gran cantidad de técnicas que existen en Karate se reduce a tres o cuatro. Esto es lógico, en una situación real tampoco nos arriesgaríamos a fallar (estaría en juego bastante más que perder un punto) y utilizaríamos sólo aquellas técnicas que consideráramos con más probabilidades de éxito para esa situación. El problema radica en que se reduce considerablemente el amplio arsenal de técnicas que existen en Karate. Si únicamente se entrena combate de competición, toda la riqueza del Karate se reduce a tres o cuatro técnicas. Por otro lado, los golpes pasan a tener el objetivo de "marcar" y no de "matar", lo que rompe una lanza en favor de la competición de Karate: en consonancia con las Artes Marciales, es fundamental el control. Sin control no hay arte, sólo barbarie.
Existen teorías según las cuales deportes de contacto como el Full Contact surgieron a partir del Karate, buscando el realismo del que este último carecía. Las técnicas son muy peligrosas y no pueden utilizarse realmente (sin control) de no ser en una situación excepcional donde la vida de alguien corre peligro y no hay otra salida. Nadie va a una competición o a un entrenamiento dispuesto a matar o a morir. Se puede tener en mente esta idea cuando se golpea al aire (kihon/kata), al makiwara o al saco, pero no cuando hay otra persona enfrente que está prestando su cuerpo y habilidad para que nosotros mejoremos al practicar con él.
Mucha gente dice "El Karate es a marcar, ¿no?...". No, el Karate no es "a marcar", la competición de Karate es "a marcar". La excelencia no está en pegar, sino en demostrar que podríamos hacerlo si quisiéramos, que somos capaces de lanzar una técnica con velocidad y potencia pero detenerla en el instante que queramos. Los deportes de contacto pretenden mostrarse más duros, reales y eficaces que las Artes Marciales. Con el debido respeto, si son tan duros, ¿por qué utilizan protecciones? Si el realismo fuera tan gratuito se golpearían con los nudillos desnudos, pero no lo es.
Existe lo que se llama "competición de Karate tradicional" que pretende ser más realista. No se utilizan protecciones, no hay categorías por pesos, y son a un solo punto, ya que en una situación real lo más probable es que no hubiese una segunda oportunidad. Las primeras competiciones organizadas por la JKA (JKA All-Japan Karate Championships) tenían estas características y no han cambiado mucho desde entonces. Este tipo de competición está vinculada a las organizaciones de Shotokan tradicional.
Esta idea de competición tampoco es la más acertada. Una competición nunca será similar a una situación real, por mucho que lo pretenda. En una competición hay reglas, en una situación real no. En una situación real se tendría en mente la idea de acabar con el oponente, sin cohibiciones, en la competición siempre hay respeto por el oponente, no es un enemigo.
Como vemos, el Karate y la competición a menudo son cosas que no tienen nada que ver la una con la otra. No obstante, no todo lo relacionado con la competición son contras para el Karate. Con frecuencia los competidores entrenan más que la mayoría de los que no tienen el objetivo de la competición en mente, y en consecuencia obtienen un nivel más alto del que tendrían si no compitiesen.
Lo importante es tener siempre presente que la competición sólo es una pequeña parte del Karate, y no la más importante. Es para algunos años, mientras se es joven, y no todo el mundo es apto para dedicarse a ella.
Después de la competición aún queda mucho por hacer y aprender en Karate-do.

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