domingo, 25 de septiembre de 2011

¿Que karate nos enseñan?

Siempre se nos ha dicho que el Karate es un arte marcial, algo más un deporte, un sistema para la defensa personal y por lo tanto para el combate. En muchos dojos y gimnasios encontramos publicidad la cual nos dice que nos enseñarán a defendernos si practicamos Karate. La gente ajena a las artes marciales piensa que un practicante de Karate es alguien hábil en la pelea. Algo que dista mucho de la realidad del Karate actual.

Sin embargo, esa opinión no la tienen la mayoría de los practicantes de otras artes marciales, y sobre sobre todo los practicantes de deportes de contacto. Para este último colectivo, los karatekas nos pasamos el tiempo entrenando algo que no tiene utilidad real. Siendo como es el Karate un arte marcial, y por tanto útil para la guerra, cómo es posible que la mayoría de sus practicantes seamos incapaces de utilizar las técnicas que tantas horas hemos entrenado.

Muchas veces he oído decir que el Kihon, la práctica de la técnica fundamental de forma individual, es la base del Karate. Sin embargo, se puede observar que la enseñanza de la mayoría de los profesores, día tras día, año tras año, se queda en eso, un trabajo fundamental, básico y sobre todo de forma individual, que no busca la funcionalidad del Karate sino la corrección técnica respecto a unas normas establecidas que en muchas ocasiones están diseñadas para un físico muy específico.

Entiendo y comparto la afirmación de que el Kihon es la base del Karate. Como en cualquier otra actividad física, tener una técnica correcta tiene muchas más ventajas que inconvenientes. Sin embargo, es algo generalizado entre la mayoría de los karatekas, y sobre todo entre los profesores, el preocuparse casi exclusivamente de los aspectos técnicos del Kihon. Cuando este trabajo es la base del arte marcial, los cimientos sobre los que se sustenta el Karate y sobre los que debemos construir para evolucionar.

Otra de las afirmaciones que solemos escuchar es que el Kihon es importante para poder realizar correctamente los katas. Hasta cierto punto es verdad, pero se sigue con el mismo enfoque, en vez de analizar el kata como un compendio de utilidades para el combate, nos fijamos en que la técnica sea perfecta y estética. Los katas son resúmenes de técnicas y estrategias que tenían determinados maestros antiguos como su sistema de combate, así que es desconcertante que muchos practicantes ni siquiera hallan oído hablar de la palabra bunkai -el análisis del contenido de los katas- y la mayoría de los profesores no conocen, ni se molestan en buscar, la aplicación de esos supuestos “combates imaginarios” que tantas veces han practicado y enseñado. Existen también profesores que conociendo los bunkai, ni los enseñan ni los practican, perdiéndose de esta manera dicha información.

¿Qué enfoque tienen las clases para que practicantes con años de experiencia no sepan aplicar las técnicas que se enseñan? ¿Cómo se puede enseñar algo sin saber cuál es su uso ni en que circunstancias funciona? ¿Porqué los practicantes de Karate no se molestan en probar sus técnicas ante un compañero de entrenamiento? La respuesta es clara, la forma de enseñar Karate no es la correcta. Se enseña para que se vea bonito y estético, no para que sea efectivo.
Podemos comparar a un practicante de cualquier deporte de contacto con un karateka, ambos con la misma antigüedad de práctica y seguramente quedaríamos tristemente sorprendidos. En un par de años, cualquier practicante de Kick Boxing o Muai Thai puede utilizar sus técnicas, en cambio, los karatekas, por desgracia, somos incapaces de aplicar nuestro sistema de combate. Otra buena comparación que se puede realizar, es entre un competidor de élite, “supuestamente” los mejores representantes del Karate, y los maestros de Karate okinawenses. Se puede ver claramente como los competidores basan su entrenamiento en la estética del movimiento, mientras que un kata realizado por un verdadero maestro de Karate refleja una lucha y un combate contra un adversario real, basado en la eficacia del movimiento y sacando el máximo partido a sus características físicas y técnicas.

He tenido la oportunidad de participar en discusiones sobre la conveniencia y la funcionalidad de los katas para el combate. Esta claro, que buscando la estética y la corrección de la técnica, jamás un practicante de Karate aprenderá a utilizarlos. El kata, es un sistema de combate codificado por un experto, con las técnicas y estrategias que conocía, y que según su experiencia funcionaban para defenderse. Es en este punto donde debemos cambiar el concepto que tenemos de los katas, se debe analizar el contenido del kata, buscando el sentido práctico tanto de sus técnicas, como giros, desplazamientos, etc. Debemos analizar -significado del vocablo japonés bunkai- el kata como sistema de combate no como una danza regional okinawense.

Hay que examinar el contenido de las clases que recibimos para ver cuánto practicamos y con qué intensidad se trabaja con un compañero en clase. Ver porqué nos pasamos semanas enteras sin probar lo que entrenamos al aire, sin analizar el contenido de los katas. La principal razón es por desconocimiento por parte de los profesores. La mayor parte de este colectivo desconoce el bunkai de los katas y lo peor de todo es no se molestan en intentar averiguar como funcionan los movimientos que tantas veces explican.

Hay otro efecto de este enfoque del Karate, el estancamiento en su evolución como karatekas que sufren muchos de los grados altos. Al no tener un maestro con conocimientos que les guíe, los practicantes con años de experiencia caen en el aburrimiento y en el tedio, al repetir constantemente los mismo ejercicios codificados pero sin profundizar en ellos. Se puede comprobar fácilmente cuantos practicantes después de ocho o diez años de entrenamiento acaban dejando la práctica del Karate, ya que el contenido de las clases ha dejado de interesarles y se repite constantemente, buscando una corrección técnica que si después de años de intentarlo no se ha adquirido, no se va a conseguir por más que se entrene.

Muchos dirán que son capaces de combatir, pero si analizamos lo que hacemos en los gimnasios, nuestra forma de hacer combate es según las normas de la competición, utilizando técnicas y tácticas que sólo valen para la competición y que distan mucho de lo que es válido para la defensa personal y lo que dicen las técnicas y secuencias de los katas. Pocos karatekas hay que verdaderamente apliquen las técnicas de Karate y los katas al combatir, la mayoría están más cerca de la competición o de los deportes de contacto.

Es un asusto importante, ya que al final el Karate que se practica en la mayoría de los dojos parece más una danza regional japonesa, basada en la estética y en la belleza de los movimientos, que un arte marcial basado en la efectividad de sus técnicas. Algo contradictorio ya que siendo un arte marcial, debería ser útil para la defensa personal.

En vez de desarrollar y analizar el trabajo de aplicación que tenemos en Karate, nos hemos vuelto recopiladores de información. Sabemos un gran número de katas, pero no profundizamos en ninguno. Me pregunto si habría que volver a la enseñanza de tres años por kata o como decía Kentsu Yabu realizarlo 10.000 veces al año.

¿Cómo es posible que después de estar años realizando Shuto Uke o Pinan Nidan no seamos capaces de utilizarlo?

Juan Beltrán Rodríguez
3er DAN RFEK
karateshitokan.blogspot.com

2 comentarios:

Agustin Subias dijo...

Hola amigos de Motril.
Totalmente de acuerdo, yo dirijo un grupo de adultos y lo que demandan es la utilidad y uso del karate, profundizamos en Bunkai, pero me encuentro que cuando se examinan para cinto negro tienen que trabajar tecnica base para que puedan pasar el examen, el tribunal solo los evalua en aspecto técnico y no práctico, aunque haya dos tecnicas de goshin eso no es suficiente para evaluar si esa persona es capaz de defenderse.
un saludo desde Zaragoza

Juan Moreno dijo...

¡Cuanta razón tienes!

Soy practicante de Karate Goju Ryu, de la rama de Sensei Higaonna. Como casi todos, al comienzo, cuando ves a los grados mas altos de tu dojo, piensas que un karateca entrenado en un ser casi invencible y capaz de hacer frente a cualquier agresión.
Conforme vas avanzando en el estudio empiezas a cuestionarte ciertas cosas. Horas y horas practicando Kata y Bunkai (en mi dojo se practica regularmente), pero ¡sorpresa! llega la hora de hacer randori con compañero y nada de karate, intercambio de golpes al mas puro estiro Kick Boxing o Full Contact... ¿porque no somos capaces de aplicar los bloqueos, desplazamientos,golpes y estrategias que reflejan los Katas?¿Tenemos que darle la razón a los practicantes de otras disciplinas que ven el Karate un acto de folclore oriental?¿Cual es el camino a seguir? Llevo meses pensando en ello y ha sido una grata sorpresa encontrar tu blog.