lunes, 5 de enero de 2009

FLEXIBILIDAD

LA ELASTICIDAD MUSCULAR Y LA FLEXIBILIDAD ARTICULAR SON NECESARIAS PARA CUALQUIER ARTISTA MARCIAL, Y EL KARATE NO ES UNA EXCEPCIÓN. TRABAJANDO ESTAS CUALIDADES NOS SENTIREMOS MÁS SUELTOS, NOS LESIONAREMOS MENOS Y NOS RECUPERAREMOS ANTES.
La flexibilidad es la cualidad física que nos permite obtener el mayor grado de amplitud para una articulación determinada. Un entrenamiento concienzudo de esta cualidad, complementando al trabajo diario de fuerza y resistencia, constituirá el método idóneo para lograr una buena forma física completa.
Sacrificio
Lo ideal, para la fase de adquisición de la flexibilidad –dando por hecho que nunca antes la habéis entrenado o que, al menos, no lo habéis hecho tan en serio como se merece–, consistiría en realizar sesiones diarias de entrenamiento de una media hora de duración, aunque puede ser suficiente con llevar a cabo tres sesiones específicas de estiramientos a la semana y otras tantas sesiones «light» no específicas. Conviene tener en cuenta esta distinción entre tandas de flexibilidad pura y entrenamientos de otro tipo en los que se introducen los estiramientos dentro del calentamiento y de la vuelta al reposo, una vez terminado el trabajo, de modo que a medida que vayáis adquiriendo más flexibilidad, las jornadas específicas pueden ir disminuyendo y dejando paso a sesiones más ligeras, encaminadas a mantener la flexibilidad adquirida previamente.
El momento ideal para empezar con un programa de flexibilidad es la pretemporada, unos tres meses antes del inicio de la competición, de modo que lleguéis a las primeras pruebas con el trabajo duro ya hecho y podáis limitaros a mantenerlo. Tened en cuenta, además, que los estiramientos fuertes no debéis de realizarlos ni antes ni después de entrenamientos de otro tipo, especialmente si éstos son intensos, de velocidad o de fuerza explosiva, ya que el organismo estará muy fatigado y el riesgo de lesión que corréis es muy alto.
Ventajas de la flexibilidad
MOVIMIENTOS MÁS FLUIDOS: casi todos los movimientos que el karateka realiza durante su entrenamiento requieren un alto grado de amplitud articular. La flexibilidad os brindará posiciones más naturales, una técnica más bonita y, en definitiva, mayor efectividad.
MENOS ESFUERZOS: cuando un músculo se contrae para realizar una tarea debe vencer ciertas resistencias, de modo que si la flexibilad aumenta, estas resistencias disminuyen y se precisa menos energía para realizar el mismo movimiento.
RECUPERACIONES MÁS RÁPIDAS: sesiones de estiramientos prudentes tras entrenamientos duros disminuyen el tiempo de recuperación porque ayudan al músculo a desprenderse del lactato.
MÁS FUERZA: un estiramiento previo a una contracción hace que el músculo acumule energía elástica y, por consiguiente, la fuerza de la contracción resulte mayor.
Consejos
Uno de los mejores momentos del día para realizar los estiramientos es por la noche, antes de meterse en la cama: estaréis relajados y con los músculos calientes tras un día de actividad, por lo que os resultará más sencillo estirar que por la mañana, cuando aún tenéis los músculos entumecidos tras una noche de inactividad.
Jamás déis tirones cuando estiréis, pues esto genera una respuesta muscular contraria al estiramiento –es algo así como si el músculo se pensase que el estiramiento brusco le fuese a hacer daño y como mecanismo de defensa se contrayese–. En su lugar, id estirando el músculo paulatinamente hasta alcanzar un punto en el que no haya dolor pero sí molestia leve y aguantad ahí entre 15 y 30 segundos, con el aire expulsado de modo que os resulte más fácl estirar al máximo.
El entrenamiento de fuerza no implica una pérdida de flexibilidad, siempre y cuando no descuidemos la rutina de flexibilidad y realicemos los ejercicios de peso correctamente. ¿Cómo es correctamente? Con la máxima amplitud de movimientos, salvo contraindicación médica por culpa de una lesión previa.
No confundáis flexibilidad con elasticidad; la primera hace referencia a las articulaciones –a su grado de movilidad–, mientras que la elasticidad atañe a los músculos –a su capacidad de estirarse al máximo como movimiento opuesto a la contracción– y es una parte integrante de la flexibilidad.
Tener una buena flexibilidad constituye una defensa importante contra las lesiones, ya que somos menos propensos a torceduras y a malos gestos.
Una de las zonas más propensas a este tipo de contratiempos es la zona isquiotibial (el muslo), muy expuesta a «tirones».
Trabajar con un compañero es una buena forma de lograr resultados en flexibilidad, pero tiene dos inconvenientes: se depende de otra persona, que puede o no estar disponible, y puede haber mayor riesgo de lesión si su «ayuda» resulta excesiva. ¿Conclusión? Os recomendamos empezar solos y, como mucho, que alguien os proporcione una leve ayuda.

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