domingo, 9 de noviembre de 2008

PACIENCIA, eso fue lo primero que vi cuando entré en un Dojo de Artes Marciales. En aquel, en el mismo que continúo practicando desde hace seis años, estaba escrito frente ala puerta: SHINUBI. Y tal fue el primer mensaje que sentí al poco, con paciencia, por que en el Arte Marcial esa es la primera joya que brilla en medio del laberinto oscuro, entre los espejos opacos del "no puedo", del "jamás lo conseguiré". Y eso, que es una conquista de la conciencia, y que acontece en el preciso momento en que se entiende que la paciencia sólo se obtiene con paciencia, que su práctica (como ocurre con todo lo importante en esta vida) es método y fin a la vez, proporciona al principiante la posibilidad de ascender al primer escalón, casi mágico, del puro entendimiento. De la Iluminación humana, si se quiere, pues sobran ya en ese momento muchas palabras (como casi siempre) se convierte al cabo de un cierto tiempo en la primera conquista real (en la primera "ventaja" como nos diría Musashi) de la práctica del "Do", del Camino: de cualquier camino, que existen tantos como seres humanos, aunque me refiera en este caso al que siguen los guerreros.
Tras la conquista, siempre delicada y frágil de la paciencia, se otean nuevas geografías, próximos ríos y senderos igualmente conquistables: la constancia, la tenacidad por reiniciar constantemente lo que se inició, la precisión en los movimientos, el ritmo, la armonía, la serenidad, el equilibrio, la velocidad, la fuerza, la suavidad, la quietud.......El conocimiento de uno mismo aquí y ahora, a cada instante. La familiaridad con tus defectos, el reconocimiento de alguna virtud, los deseos más íntimos del alma..........Es por ello, cuando se emprende con decisión, un camino real; tanto o más que cualquier carretera. Con la diferencia de que este camino sólo te conduce a un único lugar, tal vez el mismo del que partiste, pero también es posible que te lleve a lo profundo de tu corazón.
No existen enseñanzas secretas, no merece la pena que existan, por que todo es posible para el entendimiento del que practica, hasta lo oculto y lo secreto. Todo estará en tu corazón y su inteligencia podrá extraerlo con paciencia, poco a poco. No hay filosofías esotéricas, ni ritos supersticiosos: también el corazón descubriría el engaño y para el que practica consecuentemente el cerebro y el corazón han de ser la misma cosa.
Fragmentos extraídos de la traducción del Go Rin No Sho, (Libro de los cinco anillos) sobre la vida del legendario Samurai Miyamoto Musashi

No hay comentarios: