jueves, 2 de octubre de 2008

ARTICULO DEL SIHAN KANAZAWA

EL PODER DEL KARATE
Era el año 1957. Su brazo fracturado y las palabras de su madre, "¿Practicas Karate sólo con las manos?", iban a marcar el principio de una leyenda dentro del Karate. Kanazawa ganó ese mismo año, con su brazo roto el primer título de la All Japan Karate Association (JKA).
Hoy día con casi 60 años (nació en 1931)*, su pelo se torna gris pero su cuerpo continúa siendo aquel que sirvió como modelo del perfecto físico de un karateka. Usando la terminología de los culturistas, es un cuerpo "recortado" e incluso, cuando uno lo observa en movimiento se hacen visibles músculos que jamás uno supo que existían. Lo que van a leer a partir de aquí, es "Kanazawa".
Karate
El Karate es la unión de tres cosas; la fuerza del cuerpo, la fuerza de los órganos internos y la fuerza del espíritu humano.
Cuando uno es joven posee fuerza muscular, y su Karate es fruto de sus músculos. Pero el cuerpo cambia. Uno pierde la fuerza de los músculos. Esto es uno de los aspectos del deporte: nadie puede mantener para siempre la fuerza física. Es a partir de aquí cuando toma lugar la fuerza de los órganos internos. Y desde entonces esa es la fuerza dominante del Karate, que junto con la fuerza del espíritu es lo que da forma al Karate de uno.
Durante el primer año de entrenamiento en la Universidad de Takushoku se corría muchísimo... y no por el beneficio que pueda aportar el correr. El "dojo" de la universidad era muy pequeño y éramos muchos estudiantes, por consiguiente aquellos que no terminaban la carrera eran eliminados del entrenamiento de Karate aquel día.
El Makiwara es un instrumento esencial para desarrollar el kime de la técnica, no la potencia. Antiguamente se exigía golpear al menos 500 veces con cada mano, y casi siempre más. Recuerdo que una vez había estado entrenando muy fuerte y consecuentemente me había levantado toda la piel de mis nudillos hasta el mismo hueso. Fui a ver al Doctor. Me limpió las heridas y me vendó las manos diciendo "se acabó el Karate". Cuando volví al Dojo con la preocupación sobre mi "fin" en el Karate, uno de mis seniors me vio las manos vendadas y dijo: "¿Pero que haces? Quítate eso y sigue entrenando". Me tuve que quitar las vendas y golpear el makiwara nuevamente.
A veces llegué a pensar "que esto del Karate no era para mí". Que, a ser sincero, no me gustaba mucho. Y mira donde estoy ahora.
Karate deportivo
Es algo que me hace pensar mucho. La parte deportiva es la que ha permitido crecer al Karate, pero hay varias cosas que se pierden por el camino.
Creo que corren tiempos peligrosos para el Karate. Es una época muy confusa para los estudiantes, los cuales no saben si practican un deporte o un Arte Marcial. El peligro reside en la erosión de la técnica, en la destrucción de la pureza estilista, de que ocurra lo mismo que le sucedió con el Judo.
El deporte era necesario para el Karate, pero hoy día ni es un deporte ni es un arte marcial. Espero que esto cambie y que el deporte y el arte marcial evolucionen por caminos diferentes. Tendremos un Karate que se practica como deporte, de forma separada, y un Karate tradicional que mantienen los estilos y que se pueda pasar a las siguientes generaciones.
Uno puede empezar a entrenar Karate por el deporte pero según pasen los años adherirse más a los valores del Arte e investigarlo más profundamente. Por consiguiente tendremos dos tipos de Karate, uno enteramente deportivo y sin estilos y otro como arte marcial con sus estilos y bases tradicionales.
Tai Chi
Empecé a estudiar Tai Chi en Hawai, pero no de forma regular. El nombre de mi profesor era Yang, y creo que es un miembro de la descendencia directa del estilo "Yang" de Tai Chi. Pero algo curioso es que no estudié Tai Chi por el Tai Chi. Estudié Tai Chi para mi Karate.
Al principio era muy difícil para mi. Nada de tensión, sin fuerza, nada de músculos. Todo relajado, muy fluido... Al principio me movía en la clases de Tai Chi con la fuerza de un karateka. Fue muy frustrante los primeros años de estudio. Un día estaba intentando aprender a moverme y estaba muy tenso. Entonces mi estómago hizo un ruido muy raro. Todo el mundo en la clase se paró de golpe y el profesor Yang empezó a reírse. No tenía fuerza interior y mi organismo estaba protestando.
No me gustaba el Tai Chi, al principio. Era muy difícil moverse sin tensión, sin fuerza sólo con relax. Después de dos años, algo empezó a cambiar -el Tai Chi entró en mí-. He de dejar claro que estudié Tai Chi para mejorar mi Karate. Cuando empecé su estudio ya tenía 32 años de edad.
El cuerpo de uno cambia según la edad y uno debe saber cambiar con él. Al igual que pasa con el Karate. Creo que fue muy beneficioso para mí porque era el momento exacto en que el cuerpo cambiaba y en que mi Karate pasaba de ser muscular a ser ejecutado con más fuerza de los órganos internos.
Nunchaku
El movimiento del Tai Chi es muy similar al ejecutado por los "nunchakus". Con los nunchakus el brazo no puede tener tensión, debe estar relajado, vacío. De aquí es de donde viene la fuerza cuando se utiliza el nunchaku. Mover el arma con tensión es sinónimo de perder fuerza.
Mucha gente gira el nunchaku y hace cosas "bonitas" con él. Pero esto no tiene nada que ver con la realidad de la fuerza y la técnica. Uno ha de aprender la concentración y ha de ejecutar los movimientos con suavidad, lo que nos proporcionará la fuerza y la potencia.
Todo practicante de Karate ha de tener en cuenta que la fuerza física, los órganos internos y el espíritu forman el verdadero Poder del Karate Do.

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